La cultura árabe comprende una diversidad de aspectos que podríamos comenzar a describirla, el primer lugar, con el uso de su idioma, en particular nos referiremos al árabe de uso tradicional y el árabe vulgar.

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El árabe tradicional se refiere a la lengua sagrada del Islam, es la lengua que predomina entre los hablantes árabes cultos y educados; en cambio, el árabe vulgar, se refiere a aquella parte del idioma que ha degenerado en modismos y clichés con influencias televisivas o de otros continentes. El vocabulario, la pronunciación y la gramática, se ven deformadas. Asimismo, el idioma ha tomado tales niveles de deformación, que dos árabes criados en distintos lugares geográficos perfectamente podrían no entenderse de ningún modo.

El idioma árabe se clasifica en dialecto beduino y sedentario, distinguiéndose uno de otro solamente por la adaptabilidad del mismo a las presiones externas, mostrando mayor flexibilidad en el primero que en el segundo dialecto.

Otra parte importante de mencionar, es la particular escritura árabe, ésta se realiza de atrás para adelante; asimismo, los libros se comienzan a leer desde atrás. En la literatura histórica, los árabes aparecen por primera vez mencionados, en algunos textos de la antigüedad en el año 1.000 A. de C., entrando a la historia de modo firme recién hasta que aparece el Islam, por el siglo VII, siglo que marca la era árabe.

Más allá de los dialectos y sus tendencias, la pauta común entre la cultura árabe es transmitir el saber de forma oral, lo que requería y requiere de mucha memoria convirtiéndose en una característica intelectual del mundo árabe, aun hasta nuestros días. La literatura árabe remonta sus orígenes a los beduinos nómadas, pastores y caminantes. En el sistema valórico árabe, hay códigos que deben ser respetados a muerte, como por ejemplo, el de la hospitalidad, es decir, deben por fuerza recibir a cualquier caminante en sus casas, alimentarlo y atenderlo por tres días para recién preguntarle quien es.

Foto: Mercadolibre

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