Hacer negocios en otro país, sobre todo cuando hay influencias religiosas y culturales fuertes, es lo mas complicado que existe, sobre todo si la intención es llegar rápidamente a un buen acuerdo.

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En Arabia Saudita
las cosas no son menos difíciles que negociar con Chinos. La cultura musulmana tiene sus peculiaridades y cualquier hombre o mujer de negocios debe informarse y estudiar muy bien a su contraparte árabe antes de enfrentar una reunión si no quiere ocasionar un quiebre por no saber que debe generar una relación antes de entrar a conversar del negocio.

Dentro de los países árabes nos encontraremos con gente muy diversa, no es lo mismo hablar con alguien de Fez que alguien de Kuala Lumpur, sin embargo el factor común es sin duda la religión.

En Arabia Saudí los hombres de negocios son muy cerrados, y dan un valor mas alto a las palabras que a los documentos, lo que hace que los negocios fluyan mucho mas lentamente de lo que un Occidental quisiera.

Para los árabes, la posición y el rango social son determinantes, es necesario establecer primero una relación de confianza con su otra parte, tener varios encuentros, almuerzos y visitas de camaradería antes de cerrar.

Estas costumbres y cultura de crear primero la confianza con el potencial socio de negocios, genera mucha molestia, por lo lento que avanza todo y más aún porque hay que involucrarse con familiares y amigos del árabe. Al final, el negocio se transforma en una sociedad donde no participa uno o dos, sino varias personas mas dando opiniones aunque no tengan ninguna competencia en el ámbito del negocio.

Los musulmanes son bastante austeros con su nivel de consumo y gastos, por un asunto cultural que difiere bastante del occidental, orientado a acumular cosas no siempre tan esenciales, sino más bien superfluas y solo por moda.

Foto: haganegocios

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